No obstante esta terapia sea relativamente joven, hoy en día son ya muchas las áreas de tratamiento en que se han reconocidos los efectos terapéuticos de la Musicoterapia.
En educación para niños con: Dificultades en el aprendizaje, Problemas de conducta, Trastornos profundos en el desarrollo ( autismo), Niños con deficiencia mental, con dificultades en la socialización , Con baja autoestima, Con trastornos médicos crónicos y/o degenerativos (cáncer, cardiopatías, problemas de dolor, etc.)
En medicina para personas con: Enfermedades degenerativas debido a la edad (Alzheimer entre otras), Problemas de fármaco dependencia y abuso de sustancias, Daño cerebral debido a enfermedades o traumatismos, Incapacidades físicas debidos a enfermedades degenerativas o a accidentes, Problemas de dolor agudo o crónico debido a diversas condiciones (secuelas de accidentes, cáncer, etc.), Personas con enfermedades terminales.
Para personas que no tienen problemas de salud pero que les permite emplear la música para: Reducir el estrés a través de hacer y escuchar música, apoyo en el proceso del parto en las mujeres, Aumentar la creatividad y la capacidad de resolver problemas, Para disminuir la ansiedad, Para mejorar la autoestima, Para manejar el estrés.
Concluyendo podemos afirmar que por medio de la música se crea un nexo de comunicación entre terapeuta y paciente, lo que permite lograr mejorías en los distintos trastornos. En este proceso se recurre a distintas técnicas, según cada persona y su tipo de problema. Durante la sesión de musicoterapia, la persona experimenta nuevas formas para expresar sus emociones, reacciona ante el estímulo sonoro, despierta vivencias ocultas en su subconsciente, se expresa a través de otros medios expresivos. Cada sesión debería incluir una fase de calentamiento, para entrar en contacto con el paciente y evaluar su estado. Después se establece la idea bajo la cual se trabajará, se elige el material que se usará en la actividad y se desarrolla la sesión. Se puede utilizar todo tipo de música, considerando como tal a todos los sonidos, ruidos, silencios, gestos o movimientos, que provengan de grabaciones, produzca el propio cuerpo o generen instrumentos musicales.
Finalmente podemos afirmar que la música realmente produce efectos y que un buen musicoterapeuta trabajará con el sonido, el movimiento, la mente, y lo más importante, con los sentimientos.
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